El Sendero homologado de la Fuente del Abrevador–Río Cabriel PR-AB-08 recorre las tierras más septentrionales de la localidad de Alborea, donde partiendo del núcleo histórico de Alborea se adentra, entre las tierras de labor de la llanura, en el bosque mediterráneo que se asienta en las laderas del ancho valle, en busca del lecho del río Cabriel, uno de los ríos más limpios, sinuosos y desconocidos de España.
Encontrarás formas rocosas caprichosas y profundos barrancos que agrietan el terreno, no te conformes con admirarlas, imagínate su historia. Fíjate en sus bordes y márgenes redondeados, ¿qué puede haberlos provocado? Sin duda el paso continuado de agua. Antaño estas tierras estarían inundadas por cursos de agua con un poder extraordinario para roer el terreno. Hoy las aguas se han retirado, pero nos queda la huella de su presencia, los barrancos, rebosantes de pinos y romeros.
Al alcanzar el cauce del río Cabriel, observarás cañas, juncos, chopos y sauces que crecen con apoyo de sus aguas, cobijando a infinitos pájaros que no paran de cantar. El Cabriel, es uno de los ríos mejor conservados de toda Europa, sus limpias y claras aguas hospedan a especies, que han desaparecido en otros ríos Españoles, como son el barbo y la trucha.
Prácticamente toda la zona está protegida por la Red Natura 2000, como LIC (zona de especial interés comunitario) por la bien conservada vegetación rupícola, es decir que crece entre las rocas y la de ribera y como ZEPA (zona de especial protección de aves) por habitar en ella especies de rapaces como el águila perdicera, el águila real, el halcón peregrino y el búho real.
La Fuente del Abrevador, a mitad de recorrido, es uno de los manantiales más entrañables de los existentes por toda la zona. Comarca con una gran historia agrícola y ganadera, el agua natural que surge de la tierra o entre las rocas, procedente de la penetración de miles de gotas de lluvia en lugares de gran altitud, resucita en rincones encantadores de menor altitud, proporcionando fertilidad y frondosidad a sus tierras.
Este manantial, de aguas limpias y claras, ha saciado la sed en las calurosas tardes de primavera y verano que ofrece la región de la Manchuela, a hombres y bestias. El ganado lanar y los zagales que lo cuidaban, bebían de sus aguas antes y después de retirarse a descansar de una larga jornada.
Quedan ya solamente en nuestra memoria, aquellos tiempos, en los que poseer un terreno fértil perteneciente a esta vega, era sinónimo de riqueza, cerca de aquí los vecinos de Alborea vivían en casas hechas de adobe y gozaban de excelentes huertas que generaban todo tipo de productos hortícolas, que a pie o con mulas, los llevaban a la Villa para venderlos o cambiarlos por otros, constituyendo de este modo el trueque una modalidad de transacción económica muy normal, común y útil.
DESCRIPCIÓN:
El sendero tiene su inicio en la C/ Peatonal, a escasos metros del Ayuntamiento y continuamos por la C/ Colegios desde donde se parte en dirección Norte.
Pasaremos bajo dos puentes;el de la carretera nacional N-322 de nueva construcción y de un solo vano y el "Puente de época contemporánea,de estilo romano ",del que podemos elegir cualquiera de sus siete ojos. Desde allí nos resta un recorrido de más de 3 km. rodeados de terrenos de labor de secano antes de comenzar a bajar hacía el río. El paisaje, la vegetación y la pendiente cambian bruscamente y el quebrado terreno nos permitirá disfrutar de extensas panorámicas del límite Norte albaceteño y las tierras limítrofes valencianas.
A 5 km. encontraremos a la derecha del camino la popular Fuente del Abrevador, situada a unos metros de la ruta. Seguimos por una dilatada y sinuosa bajada que sólo terminará cuando lleguemos al río Cabriel, después de 7 km. de recorrido de pistas y 300 m. de desnivel, siguiendo el barranco del Arroyo de las Parideras. El camino señalizado termina a 400 m. del Río Cabriel.
El regreso a Alborea se realiza por el mismo trazado. Si continuáramos por la pista, en paralelo al río a 2,5 kms. llegaríamos a Villatoya.
Se puede visitar la otra orilla del río, por un camino no señalizado que parte a la izquierda de la pista que nos ha traído hasta aquí, cruzando el arroyo de las Parideras, habitualmente seco. Un corto pero reconfortante paseo entre una exuberante vegetación de ribera, encajonados en el impresionante barranco del Cabriel, de laderas escarpadas, donde mueren profundas ramblas de cauce intermitente.